lunes, mayo 04, 2009



daniel díAz manTilla
(habana, 1970)


la jaula
Compré una jaula, una jaula común de alambre y palo, y la colgué en el portal sin nada dentro. Nada: ni alpiste, ni agua, ni ave presa. Sólo la jaula muda, una jaula que lentamente oxidarían el sol, las lluvias, la desidia de ignorar por temporadas su existencia. Compré la jaula y la colgué, y cuando a veces me asomaba a ver entre sus barrotes el vacío, era como si viera el tiempo allí, toda la vida inmóvil, sin color, sin forma.


disciplinas al perro
Disciplinas al perro tres veces por semana: voces de mando dichas en un tono más bien seco, castigos y premios que administras según reglas precisas. Todo el cariño se resume en una comida al día –dog food– y una palmadita en la cabeza, sin excesos. A cambio el perro se echa, se sienta, corre a traer el palo que le lanzas ante la mirada aprobatoria de tus jueces, esos anónimos jueces que te disciplinan tres veces por segundo.


cuestión de formas
Hay maneras muy amables de excluir,
hay justificaciones y argumentos, un millón de argumentos
para cuestionar el exabrupto, la respuesta ríspida del excluido.
Hay modos elegantes de pedir su integración, su sacrificio,
su buen ánimo para aceptar los golpes.
En determinadas circunstancias, cuando conviene,
hay maneras muy tiernas de patear y parecer la víctima.
La culpa y la verdad suelen ser a veces un asunto retórico,
una cuestión de formas.

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